lunes, 27 de febrero de 2012

HISTORIA DE ESPAÑA PAU: TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y REINADO ALFONSO XIII


XV.- TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL PRIMER TERCIO DEL  SIGLO XX
I.- LA DEMOGRAFÍA. La transición demográfica fue un suceso común a todos los países en el proceso de industrialización y se inició en las últimas décadas del siglo XIX y se caracterizó por el descanso primero de la tasa de mortalidad y después de la tasa de natalidad, lo que provocó primero un intenso crecimiento de la población y después un moderado crecimiento.
De 1870 a 1930 la tasa de mortalidad cayó del 30/ººº al 20/ººº por la mejora de la alimentación y de las infraestructuras higiénico-sanitarias, menor incidencia de las enfermedades infecciosas por la potabilidad del agua, limpieza y alcantarillado, higiene en los alimentos, etc. La mortalidad infantil también experimentó un notable retroceso por lo que la esperanza de vida aumentó (1900 de 34 años; 1930 de 50 años).
El descenso de la natalidad se inició más lentamente (2ª década siglo XX) por unos mayores niveles de urbanización y  racionalidad en la planificación familiar. La tasa de natalidad pasó del 34/ººº en 1900 al 30/ººº en 1930. Como resultado, la población española creció considerablemente: en 1900 era de 18 millones de habitantes; en 1930 era de 24 millones.
Los movimientos migratorios se produjeron como consecuencia de un desfase entre la explotación de recursos económicos y el exceso de población, produciéndose un sobrante; y también por la mejora de la navegación, que acortó la travesía del Atlántico, y eso que explica que a partir de 1880 se produjera una gran emigración a ultramar  y desde 1900 hasta la Primera Guerra Mundial alcanzase un máximo sin precedentes.
Pero ralentizada la emigración exterior se agudizaron las emigraciones interiores: de 1900 a 1931 la población activa agraria pasó de 5 a 4 millones, lo que significó que muchos campesinos de Castilla, Murcia, Andalucía y Aragón emigraran a núcleos industriales como Madrid, Barcelona, Bilbao y Sevilla.
Este proceso intensificó la urbanización y la pérdida de peso de los núcleos rurales. Ciudades grandes incrementaron notablemente su población. En 1930 Madrid y Barcelona tenían 1 millón de habitantes; habían llegado a 100.000 ciudades como Bilbao, Valencia, Sevilla. Los centros industriales y mineros fueron receptores de mucha mano de obre procedentes de otras regiones, con el consiguiente problema de hacinamiento, desarraigo, etc.
II.- LA AGRICULTURA. La crisis agraria que afectó a Europa a finales del XIX, también afectó a España, con una agricultura mayoritariamente de secano orientada al cultivo de cereales, el olivo y la vid
1.- Crisis agraria. Afectó los cereales y a la viticultura.
a) Crisis cerealista. La acusó más fuerte que los países de su entorno con la llegada a Europa de productos procedentes de países de agricultura extensiva muy (EEUU, Argentina, Canadá), con precios más bajos que los europeos consecuencia de una producción elevada y reducción de costes. En Castilla, la competencia hizo bajar los precios, produciendo la consiguiente caída de los beneficios, generalizándose las protestas y creándose la Liga Agraria, asociación de propietarios cerealistas que actuó como grupo de presión para conseguir un elevado arancel aduanero a la importación. Disminución de beneficios, descenso de los salarios de los jornaleros, agitaciones campesinas durante todo el primer tercio del siglo XX.
b) Crisis de la viticultura. El descenso de la producción de vid en Francia a causa de la plaga de la filoxera (insecto llegado de América y que atacaba las viñas, 1868) aumentó de forma extraordinaria la demanda de vino español para mezclarlo con el francés, con lo que las exportación crecieron de forma espectacular, pasando el primer producto de la exportación (y generando enormes beneficios). Pero en 1879 la filoxera cruzó los Pirineos y la plaga se extendió por el litoral y el interior. La viña autóctona desapareció con la filoxera y para hacer frente a la crisis se replantaron viñedos con una cepa americana traída de California que era inmune a dicha plaga.
2.- Evolución agrícola. La crisis se superó estableciéndose nuevas barreras arancelarias y al crecimiento de la producción  debido a nuevas roturaciones y la diversificación y especialización de los cultivos (olivo, vid, cítricos) que se destinó a la exportación. El uso de fertilizantes, disminución de barbecho, incremento de la mecanización, irrigación de nuevas tierras de cultivo. Se introdujeron nuevos cultivos (plantas forrajeras destinadas a mejorar la producción ganadera)- La producción creció un 60% entre 1900 y 1931,, y la ganadería duplicó su producción. Pero los rendimientos por hectárea seguían siendo los más bajos de Europa.
3.- Problemas del campo español. Existía una enorme desigualdad en la estructura de la propiedad de la tierra, amplias zonas de latifundio y regiones de marcado minifundio, bajos rendimientos que dificultaban la implantación de nuevas técnicas y métodos de cultivo.
a) Propietarios de grandes latifundios de Extremadura y Andalucía tenían aversión al riesgo y escaso interés por el cultivo eficiente de sus tierras por lo que la mayoría de la población en estos lugares apenas tenía para sobrevivir, lo que provocó una gran conflictividad social, protestas de los campesinos porque con las malas cosechas disminuía el trabajo de recolección y los precios se elevaban. Se hacía inevitable una reforma agraria que permitiese a los campesinos el acceso a la propiedad de la tierra.
b) Los minifundios en Galicia hacían que la producción fuese tan sólo para subsistir, sin generar beneficios, por lo que la salida que quedaba era la emigración.
Para intentar solucionar el problema del atraso del campo español (que imposibilitaban un crecimiento económico y que agudizaban la lucha de clases y los conflictos sociales) los diferentes gobiernos adoptaron algunas medidas como aumentar el regadío: el Plan de Obras Públicas (1902) estimulaba la implantación de regadíos en zonas de secano. Bajo la Dictadura de Primo de Rivera se crearon las Confederaciones Hidrográficas, y bajo la II República el Plan de Obras Hidráulicas. Se permitió la colonización de miles de hectáreas concedidas a pequeños propietarios (colonos), pero todas estas medidas resultaron insuficientes, y la presión de los terratenientes impidió cualquier intento de reforma agraria, que no se intentaría hasta la II República (1932).
III.- LA INDUSTRIA. Durante el primer tercio del XX se produjo una gran transformación en la estructura económica española: aumentó el peso de la industria y disminuyó el de la agricultura.
1.- Cambio energético y avances tecnológicos
Se utilizaron nuevas fuentes de energía que acabaron con el tradicional problema de la escasez de carbón autóctono de calidad: la electricidad y el petróleo.
a) El uso comercial de la electricidad y su transporte gracias a la invención del transformador que posibilitó mecanizar la producción industrial, disminuyendo los costes de producción. La electrificación se produjo en dos etapas: 1ª iluminación pública de las grandes ciudades y transporte urbano (1880-1914);  2ª generalización su uso industrial (1914-193l).
b) El avance y refino del petróleo facilitó la mecánica de motores y la revolución en los transportes con la invención de los automóviles.
2.- Crecimiento industrial y su difusión
El  producto industrial per cápita aumentó un 60% el primer tercio del XX. La estructura industrial experimentó una transformación con la aparición de nuevas industrias pero se mantuvo la preponderancia de las industrias de bienes de consumo frente a las de bienes de equipo.
a) Sectores tradicionales y nuevas industrias. Entre las industrias tradicionales, el sector textil catalán continuó su expansión, pero comenzó a perder peso en el conjunto nacional. Las industrias alimentarias retrocedieron aunque se expandió la conservera de pescado en Galicia y Cantabria, y la de derivados agrarios en Navarra. La química se consolidó con la fabricación de explosivos, fertilizantes, pinturas y medicamentos, y la fabricación de acero se consolidó con la creación de Altos Hornos de Vizcaya (1902) y Altos Hornos del Mediterráneo en Sagunto (1923).
b) Nuevas industrias. Destacan las derivadas de la electricidad entre 1923-1931, como la Sevillana (1884) y la Canadiense  (Barcelona); en la industria metalúrgica destacó la fabricación de automóviles de lujo (Hispano Suiza, 1904) y con el crecimiento del parque automovilístico se creó CAMPSA (1927), empresa de refinado y distribución de petróleo.
En la década de 1930 se difundieron los primeros electrodomésticos (aspiradoras y neveras eléctricas), así como la radio y el teléfono. La construcción conoció un gran empuje con el desarrollo de la industria del cemento y la fabricación del cemento portland (con el que se hace el hormigón).
c) Difusión territorial.  Además de dos núcleos básicos, Cataluña y País Vasco, Madrid se convirtió en la tercera región industrial por su capitalidad y su crecimiento demográfico (fuerte demanda), lo que condujo a muchas empresas a instalarse allí. En Galicia destacó la conservera; en la cornisa cantábrica las industrias siderúrgicas; el mueble y el juguete en Valencia y Alicante.
Pero no disminuyeron los desequilibrios de la distribución de la renta, pues en Madrid, Cataluña y País Vasco el PIB se situaba muy por encima del resto del país.
d) Intervencionismo del Estado y fomento de las infraestructuras. Durante el primer tercio del XX se dio una restricción de la competencia entre empresas al establecerse acuerdos entre ellas para fijar precios y repartirse el mercado mediante cuotas, y de las empresas del exterior al intervenir el Estado fijando fuertes aranceles a la importación para proteger a la industria nacional, además de concesiones de ayudas (exenciones fiscales, subsidios y pedidos directos de la Administración). La protección fue mayor en el sector aeronáutico, naval y del carbón.
 Los efectos negativos fueron el mantener una industria con una productividad baja y poco competitiva y el no estimular la demanda por los altos precios; los positivos: fomentar el avance tecnológico y la articulación del mercado interior, mejorando las infraestructuras. La mejora de caminos y carreteras absorbió la mayor parte del presupuesto de Estado, aumentando considerablemente los kilómetros de carreteras asfaltadas, y los ferrocarriles iniciaron su electrificación. La red telegráfica y la telefonía (Cía. Telefónica de España, 1924) se implantaron mejorando el intercambio rápido de las comunicaciones.
Pero las inversiones del Estado para estimular la economía aumentaron el gasto público, aumentando el crónico déficit de la Hacienda Pública, pero estas inversiones destinadas a mejorar las infraestructuras contribuyeron a aumentar la productividad del sector privado.
IV.- EVOLUCIÓN ECONÓMICA. El crecimiento de la economía española en el 1er tercio del XX comportó un aumento de las relaciones con el exterior y una mayor vinculación con la economía internacional.
1.- Recuperación  económica
El desastre de 1898 (pérdida de las colonias) marcó el inicio del siglo XX y se presagiaba un desastre económico que no se produjo sino que, por el contrario, la inflación baja, la reducción de la Deuda y la repatriación de capitales, se estimuló la creación de bancos y empresas. La crisis a medio y largo plazo fue favorable a la economía española pues obligó a una renovación tecnológica y la consiguiente mayor productividad.
2.- Impacto de la Primera Guerra Mundial
La neutralidad de España propició una expansión económica sin precedentes pues al reducir la capacidad productiva de los países beligerantes, España se convirtió en suministradora de productos industriales y agrarios con una gran demanda exterior que aumentó considerablemente los precios y que estimuló el incremento de la producción y la obtención de enormes beneficios. Por primera vez la Balanza de Pagos tuvo un resultado positivo, pero también supuso un gran aumento de precios en el interior, es decir, una gran inflación, que no se acompañó con una subida de salarios, por lo que empeoró las condiciones de vida de las clases populares, lo que se tradujo en huelgas por aumento de salarios.
Con el fin de la Guerra cesó la demanda de productos y con ello disminuyeron drásticamente las exportaciones, desencadenando una fuerte crisis económica (1920-1923): muchas empresas cerraron y el desempleo aumentó la conflictividad social, huelgas, manifestaciones y enfrentamiento social.
3.- El impacto del crac del 29
El crac de la Bolsa de Nueva York en 1929 como consecuencia de la caída del valor de las acciones daría lugar  a una depresión económica a escala mundial que también tuvo repercusiones en España, aunque su incidencia fue menor que en otros países occidentales mucho más industrializados, por el reducido peso de nuestro comercio exterior debido a la política proteccionista pero, no obstante, la Gran Depresión se dejó notar en los productos agrícolas que se  dedicaban a la exportación, (vino, cítricos y aceite de oliva) y en los minerales. Además tampoco repercutió mucho debido a que el gobierno depreció la peseta y con ello redujo el precio de las exportaciones, mejorando la competitividad.
V.- CAMBIOS SOCIALES. Las transformaciones económicas condujeron a la modernización y a la implantación de una sociedad de masas, en la que la burguesía y el proletariado serían las clases protagonistas: se reducía el peso social del campesinado aumentando el de las clases medias urbanas.
1.- El mundo rural. La lentitud de la industrialización española supuso que el mundo rural mantuviese una importante presencia durante el primer tercio de la centuria.
a) Grandes propietarios rurales. La sociedad seguía considerando a la propiedad de la tierra como una fuente de riqueza y un signo de prestigio social. Los grandes propietarios eran: la antigua nobleza que no desapareció con la revolución burguesa ni con el proceso industrializador sino que, en muchos casos, su patrimonio aumentó con la compra de nuevas tierras; la burguesía financiera, dueña de grandes empresas que adquirió tierras para diversificar sus inversiones, pero residiendo en las ciudades; la burguesía agraria, que residía en el medio rural y provenía de antiguos propietarios que aumentaron sus patrimonios con las desamortizaciones (Cataluña y Levante).
La oligarquía agraria controlaba grandes extensiones de tierra en La Mancha, Extremadura y Andalucía; en Cataluña, Aragón, Levante y Castilla y León, predominaba la mediana y pequeña propiedad. De los propietarios agrícolas salieron las élites políticas de la Restauración, los caciques.
b) Los campesinos. Aunque sufrió una considerable disminución, todavía representaba un porcentaje superior al europeo. Su situación, aunque en todos los casos era bastante precaria, era muy diversa según su relación con la tenencia de la tierra: unos eran pequeños propietarios; otros eran arrendatarios; y otros eran jornaleros (temporeros).
En Galicia prevalecían los arriendos y subarriendos (foros y subforos) con escasa rentabilidad;  en Cataluña, con la crisis de la filoxera, estalló un conflicto agrario entre los propietarios y los rabassaires o cultivadores de viñas, que querían acceder a la propiedad de la tierra; en Extremadura tenían gran peso los yunteros dueños de las yuntas de labor; en Andalucía el latifundismo llevaba consigo la presencia masiva de jornaleros que vivían de forma mísera.
2.- La sociedad urbana. El aumento de las clases urbanas (burguesía, clases medias, proletariado) significó la irrupción en España de la sociedad de masas con sus nuevos hábitos y valores. La estratificación social se observaba en la segregación por barrios.
a) Burguesía industrial y financiera. Era relativamente escasa y la integraban banqueros, industriales textiles catalanes y siderúrgicos vascos. Muchos eran nuevos burgueses enriquecidos con las enormes plusvalías generadas durante la Gran Guerra. Este grupo social se fusionó con la vieja aristocracia de sangre.
b) Clases medias. Formadas por trabajadores del comercio y la banca, funcionarios del Estado, profesiones liberales (médicos, abogados, profesores). Grupo heterogéneo y con grandes diferencias económicas.
c) Proletariado. Los obreros industriales habían aumentado considerablemente con la industrialización el éxodo rural y se concentraban en Cataluña, País Vasco y Madrid. Sus condiciones de vida eran mejores que la de los jornaleros pero sus sueldos eran bajos, sus jornadas laborales largas y sus viviendas insalubres en barrios carentes de infraestructuras.
Aparecieron nuevas formas de vida y de cultura urbana; nuevos medios de transporte (tranvía, metro) y medios de comunicación (prensa, radio); aumentó el nivel de alfabetización; la prensa de masas creaba estados de opinión; aparecieron nuevas formas de asociacionismo (entre las clases acomodadas los casinos, los Círculos; entre  el proletariado las “casas del pueblo”) y de ocio (excursionismo, deporte, cine -1ª peli proyectada España, Madrid 1896; y la primera rodada en España” Salida de la misa de doce de la Iglesia del Pilar de Zaragoza, 1896).

XVI.- PANORAMA GENERAL DEL REINADO DE ALFONSO XIII. INTENTOS DE MODERNIZACIÓN. EL REGENERACIONISMO Y LA CRISIS SOCIO-ECONÓMICA (1902-1923)
El desastre de 1898 produjo una conmoción en el país y el régimen de la Restauración entró en crisis. Con la subida al trono de Alfonso XIII (1902) coincide una nueva generación de políticos y nuevos movimientos sociales (republicanismo, obrerismo -anarquistas y socialistas- y nacionalismo). El régimen fue incapaz de ensanchar su base social hacia esas fuerzas, que estuvieron al margen del sistema dando lugar a conflictos sociales y políticos.
Entre 1898 y 1912, los partidos dinásticos intentaron una modernización del sistema (Maura y Canalejas), pero fracasaron al producirse una fragmentación de dichos partidos: el problema colonial en Marruecos y el impacto de la Gran Guerra agudizaron los conflictos, estallando la crisis revolucionaria de 1917. El golpe de estado de Primo de Rivera y su dictadura (1923-1930) y el compromiso de la corona con el nuevo régimen desembocó en su caída en abril de 1931.
I.- EL REGENERACIONISMO. El impacto que tuvo en la opinión pública el desastre colonial provocó un movimiento intelectual y social crítico con el sistema, el regeneracionismo. Tuvo una triple vertiente: el regeneracionismo socioeconómico que agrupaba a los pequeños y medianos empresarios siendo su ideólogo Joaquín Costa (“Oligarquía y caciquismo”) que censuraba el sistema político y el falseamiento electoral, y defendía una serie de medidas que se resumían en su lema “despensa y escuela”; el regeneracionismo intelectual y literario, representado por la generación del 98 con su pesimismo existencial (Unamuno, Machado..); el regeneracionismo político representado por los dos partidos dinásticos y sus de reformismo desde dentro del sistema: los conservadores Silvela y Maura, y el liberal Canalejas.
 1.- El regeneracionismo conservador. Antonio Maura personificó la renovación del Partido Conservador y presidió el gobierno en dos ocasiones: Gobierno Corto (1903-1904) y Gobierno Largo (1907-1909). Su programa político regeneracionista sería conocido como el maurismo con las siguientes características: conservadurismo católico de masas (defendía la influencia social de la Iglesia frente a la izquierda que quería un Estado laico); acabar con el caciquismo pero creando un estado corporativista (ataque al parlamentarismo y a la democracia por lo que en este aspecto es similar al fascismo); incorporación al sistema del catalanismo conservador de la Lliga Regionalista (y la creación de la Mancomunidad de Cataluña que no llegó a aprobarse); realizar reformas o hacer la revolución “desde arriba” para evitar una revolución obrera (Ley de Colonización Interior; Ley de Descanso Dominical; creación del Instituto Nacional de Previsión dedicado a los seguros obreros); política nacionalista y expansionista en Marruecos (para olvidar la derrota de 1898 y hacer concesiones a los militares que se habían convertido en un poderoso grupo de presión, y que conduciría al estallido de la Semana Trágica).
La Semana Trágica de Barcelona (julio, 1909). Tuvo la influencia de tres factores:
- El catalanismo político de la Lliga y los sucesos del periódico Cu-Cut (nov. 1905) que había publicado una sátira y unos oficiales ofendidos asaltaron sus locales y también los de La Veu de Catalunya que era el periódico de la Lliga. El gobierno no pudo castigarlos por la oposición del rey, por lo que dimitió. El gobierno Moret que emergió de la crisis aprobó la Ley de Jurisdicciones (1906) por la cual los delitos contra la patria y el ejército serían juzgados por tribunales militares. Las fuerzas políticas catalanas reaccionaron creando Solidaridat Catalana (coalición de todos los partidos antidinásticos, desde los republicanos hasta los carlistas) con brillante éxito en las elecciones de 1907.
- El republicanismo. No todos los republicanos se integraron en Solidaridat pues un grupo se reunió en torno a Alejandro Lerroux, político antimonárquico, demagogo y enemigo del nacionalismo catalán que se había hecho muy popular entre los obreros por sus mítines republicanos y anticlericales, y que en 1908 había creado el Partido Republicano Radical.
- El Movimiento Obrero. El sindicalismo catalán estaba muy influido por el anarquismo y en 1907 los sindicatos habían creado una federación obrera favorable a la lucha revolucionaria, Solidaridad Obrera, que contaba con prensa propia “Tierra y Libertad” y que impulsaría la creación de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) como sindicato anarquista en 1910.
Los sucesos estallaron cuando el gobierno de Maura obligó a reclutar tropas para la guerra de Marruecos, llamando a filas a los reservistas, muchos casados y con hijos, lo que significaba la falta de sustento familiar. En Barcelona aumentaron las protestas, se declaró la Huelga general que degeneró en un motín que duró una semana, con barricadas, conventos e iglesias incendiadas, y enfrentamientos con las tropas que, finalmente, se hizo con la situación. La represión fue brutal: tribunales militares, Consejos de guerra, 2000 condenados, cinco ejecutados entre ellos el pedagogo anarquista Ferrer i Guardia, fundador de la Escuela Moderna. La represión levantó oleada de protestas a nivel internacional (“Maura, No”) que obligó a Maura a dimitir.
2.- El regeneracionismo liberal. En 1910, José Canalejas formó un nuevo gobierno liberal que con su programa se atrajo a sectores populares (republicanos, socialistas..) basado en reformas sociales y anticlericalismo. Para limitar el poder de la Iglesia abordó el tema de su financiación, la separación Iglesia-Estado, y la negativa de la Santa Sede a cualquier reforma llevó a la promulgación de la Ley del Candado (1910) por la que se prohibía la entrada en España de nuevas órdenes religiosas y la tolerancia de las manifestaciones públicas de otras confesiones. En cuanto a las reformas sociales se sustituyó el impuesto de consumos por un impuesto progresivo sobre las rentas (protestas de los más acomodados); se reformó la Ley de Reclutamiento pasando a ser obligatoria la mili y suprimiéndose la redención en metálico; se prohibió el trabajo nocturno a las mujeres. Canalejas elaboró un proyecto de ley de Mancomunidades que posibilitaba la unión de las Diputaciones Provinciales formando una Comunidad que gestionaría determinados servicios, pero no llegó a aprobarse pues Canalejas murió en un atentado anarquista en 1912  (mientras miraba los libros del escaparate de la librería San Martín, en la Puerta del Sol esquina calle Carretas, el anarquista Manuel Pardiñas le disparó tres tiros por la espalda y luego se suicidó). La Ley sería aprobada en el gobierno siguiente del conservador Dato, formándose la Mancomunidad de Cataluña (1914).
II.- EL IMPACTO DE LA GRAN GUERRA. En 1914 tuvo lugar el estallido de la Primera Guerra Mundial entre los imperios centrales (Alemania, Austria) y los países aliados (Gran Bretaña, Francia y Rusia) y el conflicto se propagó a casi todos los países del mundo. El presidente de gobierno, el conservador Eduardo Dato declaró la neutralidad de España lo que supondría una gran oportunidad para la economía del país pues las exportaciones de productos agrarios e industriales iban a crecer ante la demanda de los países beligerantes, y además a altos precios.
Gran parte de la producción española se dedicó a la exportación por lo que los precios interiores experimentaron alzas considerables sin que subiesen los salarios. La carestía de vida se convirtió en un problema  para las clases populares; se encarecieron notablemente productos básicos como el pan, arroz, bacalao, y el conflicto social creció de manera imparable. Las organizaciones obreras encabezaron una protesta cada vez mayor que desembocó en la huelga general revolucionaria del verano de 1917.
III.- LA CRISIS DE 1917. En 1917 se produjeron conflictos sociales y políticos en una Europa en guerra. En Rusia la revolución de febrero había acabado con el régimen zarista, y la revolución de octubre establecería un régimen soviético (comunista). En este contexto, en España tiene lugar una gran conflictividad social, un desmoronamiento del sistema político de la Restauración y un descontento militar que conducirá a la grave crisis de 1917. Presenta un triple aspecto: militar, político y obrero.
1.- Protesta militar: las Juntas de Defensa. El ejército español tenía excesivo número de oficiales en relación a la tropa. Además el sistema de ascenso favorecía los méritos de guerra lo que favorecía a los africanistas en detrimento de los peninsulares. Además la inflación les hizo disminuir el valor real de sus bajos salarios. El descontento de la baja y media graduación desembocó en la formación de Juntas de Defensa, asociaciones militares que nacieron en Barcelona y se extendieron rápidamente por toda España pidiendo aumento salarial y ascensos por antigüedad, culpando al gobierno de los males del país en su Manifiesto de 1917. El gobierno cedió a sus demandas lo que ponía en evidencia el poder del estamento militar.
2.- Crisis política: la Asamblea de parlamentarios. El gobierno de Dato gobernaba por decreto y con las Cortes disueltas lo que provocó aireadas protestas de nacionalistas y republicanos, a lo respondió el gobierno con la declaración del Estado de excepción y aumentando la censura. Aprovechando la crisis creada por la protesta militar, la Lliga Regionalista convocó en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios (julio, 1917) que exigió la formación de un gobierno provisional que convocase elecciones a Cortes constituyentes. Se prohibió la convocatoria y fue disuelta por la Guardia Civil. Además, el movimiento huelguístico que se desató atemorizó a las fuerzas burguesas ante el temor a una revolución.
3.- Huelga general revolucionaria (agosto, 1917).  En marzo de 1917, la CNT y la UGT firmaron un manifiesto instando al gobierno a intervenir para bajar los precios o amenazaban con una huelga general. La tensión estalló con un conflicto en el sector ferroviario valenciano: la UGT y el PSOE pidieron el fin de la monarquía, formación de un gobierno provisional que convocase Cortes constituyentes y la instauración de la República. La huelga tuvo escasa incidencia en el sector agrario pero llegó a paralizar Madrid, Barcelona, País Vasco y Asturias. El gobierno respondió con medidas represivas, declaró la Ley Marcial y envió al ejército a aplastar el movimiento. El balance fue de 70 muertos, 200 heridos, 2000 detenidos. El sistema político de la Restauración entró en su crisis definitiva.
IV.- DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA (1917-1923). Entre 1917 y 1923 la conflictividad política y social hizo imposible la supervivencia del régimen de la Restauración.
1.- Descomposición política. Los escasos deseos de renovación política de los partidos dinásticos y la cada vez mayor fuerza de los grupos exteriores al sistema hicieron entrar en una profunda crisis al régimen. Los partidos dinásticos sin líderes fuertes se fragmentaron en grupúsculos, cada uno con su propio líder, lo que hacía inviable mayorías parlamentarias para formar gobiernos estables, recurriéndose a gobiernos de concentración (el más relevante el Gobierno Nacional de Maura de 1918). Al fracasar se volvió al turno dinástico con gobiernos que no llegaban al año de vida, recurriéndose a medidas de excepción, suspensión de garantías constitucionales y disolución del Parlamento.
2.- Conflictividad obrera y pistolerismo. Los años que siguieron a la Gran Guerra fueron de enorme conflictividad en toda Europa pues el establecimiento del estado soviético infundió esperanzas en el Movimiento Obrero. Además, al finalizar la guerra, en España descendió la producción, aumentó el paro y subieron los precios, provocando el crecimiento del sindicalismo. En Barcelona se inició en 1919 una huelga en La Canadiense (suministradora de electricidad) que paralizó a la industria local y finalizó tras mes y medio de huelga con el acuerdo de la patronal de readmitir a los despedidos, aumentar los salarios y establecer una jornada laboral de 8 horas. El incumplimiento de los acuerdos hizo que se reanudase la huelga, a lo que contestó la patronal con un lock-outs (cierre de empresa) y la represión del gobierno. Los empresarios contrataron a pistoleros a sueldo para asesinar a dirigentes sindicales, fundando el Sindicato Libre (acción violenta) a lo que respondieron los anarquistas de la CNT atentando contra autoridades, patronos y fuerzas del orden (“propaganda por el hecho”). El gobernador civil de Barcelona, el general Martínez Anido ejerció una dura represión, aplicando “La Ley de fugas” (la policía podía disparar si intentabas huir).
La época del pistolerismo (1916-1923) en la que tuvieron lugar más de 800 atentados y más de 200 asesinatos -128 obreros y 25 patronos- (El presidente de gobierno Eduardo Dato que recibió 20 disparos de cenetistas en la Puerta de Alcalá -1921-; y el dirigente cenetista Salvador Seguí “El Noi del Sucre” por pistoleros a sueldo -1923-).
En Andalucía tuvo lugar el Trienio bolchevique (1918-1921) consecuencia del hambre de tierras, deterioro de los salarios y pésimas condiciones de vida de los jornaleros. Los campesinos ocuparon las tierras, quemaron las cosechas con huelgas revolucionarias y manifestaciones que serían aplastadas por el ejército al declararse el Estado de guerra.
3.- La guerra de Marruecos: el desastre de Annual. En la Conferencia de Algeciras (1906) y por posterior Tratado hispanofrancés (1912), Francia y España se repartieron Marruecos, creando un protectorado en el que a España le correspondía el territorio del Riff, zona montañosa del norte, con la obligación de pacificarlo y organizarlo: aunque se esperaba sacar provecho económico de posibles inversiones mineras, en realidad se trataba de restaurar el prestigio del ejército, hundido tras el desastre de Cuba. Los rifeños organizados en cabilas, atacaron a las tropas española que sufrieron una importante derrota en el Barranco del Lobo. El gobierno decidió aumentar el número de soldados, llamando a filas a reservistas, lo que provocó el estallido de la Semana Trágica de Barcelona (1909).
A comienzos de 1920, la zona oriental del protectorado de Marruecos, en torno a Melilla, estaba hostigada por cabilas rifeñas al mando de  Abd el-Krim. Para dirigir a las tropas se eligió a un amigo del rey, el general Silvestre que emprendió una campaña hacia el interior que acabó con el desastre de Annual (1921), muriendo 13.000 soldados (entre ellos Silvestre) y perdiéndose el territorio ocupado.
El ministro de la Guerra nombró al general Picasso para que investigara en Melilla los sucesos y en 1922 entregó al Congreso el Informe Picasso que ponía de manifiesto las implicaciones del Alto Mando y de la corona en el desastre. En 1923, y ante la amenaza de que se iban a pedir responsabilidades, sectores del ejército y de la derecha propiciaron el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera (13 set. 1923).
XVII.- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930)
El golpe militar fue pacífico fue escasa la oposición social y política, empezando por la del gobierno del liberal García Prieto. La opinión pública acogió con agrado o indiferencia el golpe que parecía un eco del clamor general contra la vieja política caciquil. La noche del 12 de setiembre de 1923, el capitán general de Cataluña Miguel Primo de Rivera declaró el estado de guerra y repartió su “Manifiesto inaugural: Al país y al ejército españoles” con un tono regeneracionista decía que iba a acabar con el terrorismo, el separatismo, el desorden y el uso político de la guerra de Marruecos. El rey accedió al golpe y nombró a Primo presidente de gobierno.
La Dictadura tendrá dos etapas: Directorio militar (1923-1925) y Directorio civil (1925-1930)
1.- El Directorio militar (1923-1925). Con el golpe se proclamó el estado de guerra y se ejerció una gran represión, pero el dictador afirmaba que la situación tenía carácter temporal. Primo ejercería como “ministro único” y el resto del gobierno como “vocales” estaría formado por militares. No se derogó la Constitución de 1876, pero se suspendieron las garantías constitucionales y se disolvieron las Cortes. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares, se nombraron delegados militares en los ayuntamientos y los concejales electos fueron sustituidos por “vocales asociados” por sorteo entre los contribuyentes. En resumen, se militarizó toda la Administración.
2.- El Directorio Civil (1925-1930). El dictador demostraba sus deseos de permanecer en el poder formando un gobierno de civiles pero de ideología de extrema derecha muy alejado de los anteriores políticos, destacando el militar Martínez Anido (Vicepresidente), Calvo Sotelo (Hacienda) y Aunós (Trabajo). Primo convocó una Asamblea Nacional Consultiva (1927) para aprobar un texto legal que legitimase al régimen. Rompía con el parlamentarismo pues en la Asamblea legislativa (que tan solo era consultiva, ya que el dictador gobernaba mediante el uso del decreto-ley) no estarían representados los partidos políticos, sus miembros no serian elegidos por sufragio, sino mediante designación entre los ciudadanos pertenecientes a instituciones públicas (municipios, universidades, patronales, representantes obreros). Se creó un partido único “Unión Patriótica”  (“Dios, Patria y Religión”). No tenía un programa ideológico definido y su objetivo sería proporcionar apoyo a la dictadura y seguir sus directrices (clara influencia del fascismo italiano). Su base social serían los caciques rurales, funcionarios y los católicos conservadores.
3.- Principales medidas adoptadas durante el periodo
a) Formación del somatén. Milicia cívica de propietarios de origen catalán que se extendió a toda España (Somatén Nacional, 1923) promovida por la derecha y la patronal para luchar contra el sindicalismo. Estaba supeditada al ejército y su misión era garantizar el orden público.
b) Finalización de la guerra de Marruecos. Concedió una amnistía a los responsables del desastre de Annual, finalizando el proceso por las responsabilidades civiles. Aunque al principio defendía  posturas abandonistas respecto a Marruecos, (lo que le enfrentaba con los militares africanistas como Franco y Queipo de Llano), pasó a emprender una gran ofensiva con la cooperación de Francia. Asumió personalmente el Alto Comisionado de Marruecos en 1924 y organizó el desembarco de Alhucemas (1925): tras varias derrotas, Abd el-Krim se rindió y se entregó a los franceses. En 1927 el ejército español dio por concluida la ocupación efectiva de Marruecos (la guerra había costado a España 25.000 muertos y más de 5.000 millones de pesetas) y fue el mayor éxito de Primo de Rivera.
c) Política social. El ministro de Trabajo Eduardo Aunós se propuso acabar con la conflictividad social para lo cual logró el apoyo del PSOE y UGT para crear una Organización Corporativa Nacional (1926), nuevo marco de relaciones laborales por el que se creaban comités paritarios como órganos arbitrales en las empresas para resolver los conflictos laborales (5 vocales representación obreros; 5 de la patronal; y 2 del Ministerio de Trabajo). El PCE y la CNT no lo apoyaron y fueron perseguidos e ilegalizados.


d) Política económica. La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica mundial, iniciada tras la Gran Guerra (“los felices años veinte”) y en este contexto, el régimen puso en marcha un programa de fomento de la economía española en la industria y en las infraestructuras (aunque apenas se ocupó del problema agrario). Se alejó del liberalismo clásico (no intervención estatal en la economía), se nacionalizaron importantes sectores de la economía y aumentó el intervencionismo estatal. El Estado tuvo gran protagonismo en el fomento de las Obras Públicas (ferrocarriles, carreteras, planes hidroeléctricos, etc). Se aprobó el Decreto de la Industria Nacional que concedía ayudas estatales a las empresas que no podían competir con el exterior; se crearon monopolios como el telefonía (Telefónica: Compañía Telefónica Nacional de España), ferrocarriles (RENFE) y de petróleo (CAMPSA), Tabacalera, todo financiado con presupuestos extraordinarios que acumularon una gran deuda.
e) Política Educativa. Se fomentó la construcción de escuelas públicas y la creación de plazas para maestros, lo cual va a poner en contra a la iglesia que hasta ese momento era la acaparadora del campo de la enseñanza pero se intentó amordazar a los intelectuales y universitarios con una fuerte censura.
4.- La caída de Primo de Rivera
La oposición a la dictadura la integraban algunos líderes de los partidos dinásticos, republicanos, nacionalistas, anarquistas, comunistas algunos sectores del ejército y casi la totalidad de los intelectuales. Se produjo contra el dictador la conspiración militar del 24 de junio de 1926 (la sanjuanada) que fracasó. Primo intentó amordazar a los intelectuales y universitarios con una fuerte censura, llegando a cerrar las universidades por las protestas estudiantiles, a los que respondieron los universitarios creando la FUE (Federación Universitaria Española) y en 1924 los intelectuales redactaron un manifiesto en contra de Primo: el dictador respondió desterrando a varios de ellos (Unamuno desterrado a Fuerteventura); los republicanos se agruparon en la Alianza Republicana y los nacionalistas catalanes se le opusieron porque había liquidado la Mancomunidad (1925) y prohibido el uso del catalán y de la sardana. El Estat Català de Frances Macià intentó una sublevación armada que fracasó (1926). En 1927 el ala radical de la CNT crearía la FAI (Federación Anarquista Ibérica) partidaria de posturas violentas.
Cuando el rey vio la creciente impopularidad de Primo se intentó distanciar de él para salvar la monarquía, haciendo dimitir al dictador el 30 enero 1930 (a pesar de que Primo de Rivera decía: “a mí no me borbonea nadie”). Alfonso XIII nombró presidente de gobierno al general Berenguer (La Dictablanda) para que convocase elecciones y se retornase al sistema constitucional de la Restauración. Pero la creciente fuerza de catalanistas, socialistas y republicanos, que habían firmado el Pacto de San Sebastián (agosto 1930), hizo que fracasase el plan de Berenguer. Dimitió y fue sustituido por el almirante Aznar, nombrando el rey que preparó las elecciones a tres niveles: primero se convocarían las municipales (que se creían menos peligrosas), luego las provinciales (para las Diputaciones provinciales) y por último las legislativas. Sin embargo, las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía, por lo que, al ganar las candidaturas republicano-socialistas en las grandes ciudades, se consideraba que el electorado estaba en contra de la monarquía. El 14 de abril por la mañana en la ciudad guipuzcoana de Eibar se proclamó la República, y a lo largo del día sucedió lo mismo en todo el país. Alfonso XIII renunció a sus poderes y abandonó el país por Cartagena. Se instauraba la IIº República Española.




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